lunes, 25 de julio de 2011

No estamos determinados POR J HERNANDEZ

No estamos determinados

JOSÉ HERNÁNDEZ - El Nacional

La terminología destino es entendida como "encadenamiento necesario de los acontecimientos de la vida", "resultado inevitable de las acciones de la vida", pero esta concepción tiene una relación directa con el determinismo, y por qué no decirlo, con el fatalismo.


Si bien la Astrología estudia el potencial y el destino del hombre y de la humanidad ¿qué es entonces el destino? ¿Todo está escrito o hay esperanzas de reescribir nuestro futuro? Disposición anticipada por una ley desconocida o el sentido de que "todo lo que sucede obedece a la voluntad de Dios".

Pero estas ideas deben ser vistas en un sentido más profundo.

La Creación tiene que ver con la conjunción de dos polaridades: positivo- negativo; emisor-receptor; activo-pasivo; masculino-femenino. El Principio Divino no escapa a las leyes de su propia Creación, está presente en todo. Dios está en todas partes y todas las cosas forman parte de Él mismo. Y el Plan Divino también tiene dos polaridades: lo no manifestado y la manifestación.

El Destino es como los movimientos centrípeto y centrífugo. Viene de afuera, de una ley Kármica que uno mismo ha originado en vidas precedentes, y viene de adentro, del mismo ser, es lo que uno hace, lo que no genera. El ser humano desde que nace tiene un planteamiento cósmico de su vida.

Pero al mismo tiempo nacemos con un gran recurso: el potencial.

Y este puede ser manejado con una libre elección.

Si es pobre la capacidad de lucha y de discernimiento, el ser humano queda más expuesto a las influencias astrológicas.

Pero si rompe con los obstáculos y limitaciones, y se dirige hacia el cumplimiento de su misión sobre la tierra, él forma su propio destino. Adquiere un cierto dominio de su vida. Una maestría.

¿Podríamos decir que Simón Bolívar estaba destinado a ser el gran Libertador de América? ¿No se le presentaron obstáculos que tuvo que vencer? ¿No tuvo grandes fracasos y supo salir airoso? Muchos son los llamados, pocos los escogidos, pero los escogidos ellos mismos se escogen.

"Todo lo que sucede está inscrito en la bóveda celeste; más no todo lo que está escrito tiene forzosamente que ocurrir", "No podemos impedir que el día sea día ni que la noche sea noche, pero en la noche podemos abrigarnos", "Los astros predisponen pero no determinan".

Si no hubiera libre albedrío no habría evolución. Viviríamos en un mundo estático poblado de seres "determinados", pasivos en sus proyecciones.

No hablemos de destinación fatal, sino de fuerzas y recursos.

Todos tenemos el suficiente poder para triunfar sobre las limitaciones del Karma y del destino. Todos podemos realizarnos, trascender y evolucionar. 

jhernandez@el-nacional.com

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