La verdadera fortuna en la vida son los buenos hábitos desarrollados, ellos constituyen el mecanismo que dispara la buena salud física y emocional, la salud mental, el progreso, personal, la gratificación económica, la calidad de vida, las buenas relaciones con los demás, el auténtico entendimiento en pareja, el ahorro y el éxito.
Un solo hábito produce buenos efectos, pero muchos buenos hábitos producen maravillosos efectos o lo que llamamos fortuna.
El principal cúmulo de buenos hábitos desarrollados en nuestras vidas pasadas se refleja en nuestra carta astral en la posición, casa y signo que ocupe nuestra fortuna.
La fortuna no es fruto del azar, pues el azar no existe; solo existen causas y consecuencias buenas o malas.
Con la intensidad, frecuencia y fortaleza de nuestros buenos hábitos generamos nuestra fortuna personal.
Unos somos afortunados en el amor, otros en los negocios, otros en su profesión, otros en sus talentos artísticos, otros por sus vecinos, otros por sus estudios, otros por sus esposos (as), otros en su profesión, otros por sus habilidades y siempre cada uno de nosotros es el generador de su pequeña o gran fortuna.
Con nuestros buenos hábitos actuales decidimos que tan afortunados seremos en nuestra próxima vida.
Vale la pena estudiar la posición y naturaleza de nuestra fortuna en nuestra vida y en nuestra carta astral, y también vale la pena recordar que toda fortuna se fabrica, se construye y se hace con buenos hábitos.
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