Siembra, germina y crece
Cada una de las personas que habitamos en este país, elevaremos nuestras conciencias para exigir el respeto que nos merecemos. No hay treguas que se den ante la incertidumbre de estar acéfalos, rumores van, rumores viene, pero la verdad es que la aparición es inevitable, pero bajo signos inequívocos de la no legalidad, cada minuto, hora y día cuentan, el despegue o no está en veremos, pero lo que sí es real es la separación absoluta de cargo, el rostro minado y las fuerzas ya no mantienen a nadie de pie. La gente se da cuenta que todo lo que se dijo es verdad, el cambio se instaura, el cambio es absoluto. Las juntas son las que marcarán pauta y el zorro viejo será el que se coma las uvas maduras, la energía femenina no desaparece, por el contrario se acentúa, el pensamiento estudiantil se hace cada vez más fuerte y sus acciones también. Uniformes y botas concretan planes para que el respeto sea el que es, los canales serán limpios y se establecerán conexiones con redes absolutas desde la aprobación colectiva, cada región con situaciones específicas y con cambios que tendrán que asumir, occidente está pautado para que se despegue de cualquier proceso y se determinen los recursos para aliviar a la gente, la capital en grandes movimientos que ni siquiera las fiestas pararán. No hay chance para la costumbre, no hay chance para la pasividad, estos son los tiempos cuando la gente determinará el rumbo que se debe seguir, los dinosaurios de nuevo a la palestra, pero ahora con ideas concretas, se descubre un gran plan, pero sin sentido y sin bases valederas. Chances, cambios, ofertas, opiniones muy acertadas desde el exterior que darán fuerza para que desde el interior se establezcan las cosas como debe ser, los miedos se evaporaron, los miedos se fueron, ahora la gran sed de tener a la patria libre y con dirección. Venezuela grande, no hay otro tamaño. Dios con nosotros
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