sábado, 21 de diciembre de 2013
Mensaje en Navidad a Venezuela 21 Sábado dic 2013 Publicado por addais1
Mensaje en Navidad a Venezuela
21
Sábado
dic 2013
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Etiquetas@ADDAIS, mensaje, navidad, reflexion, Venezuela
Cura las heridas de vivencias pasadas, da por finalizadas pautas de aprendizaje aún inacabadas y permite que seamos conscientes de las experiencias ya vividas. Con la ayuda de todos podremos aceptar el pasado sin establecer valoraciones, podremos llegar a entender la historia. Las experiencias serán integradas en nuestras vidas y trataremos de sacar un beneficio de ellas.
Existen situaciones del pasado que se mantienen ocultas. No les prestamos atención pues están relacionadas con sentimientos dolorosos o desagradables. Sin embargo, cada vivencia alberga un tesoro para la población, una experiencia, un paso hacia delante en nuestro crecimiento. Cuando se curan las heridas del pasado, conseguimos ser conscientes de los hechos acontecidos y podemos aprender de ellos. Hasta que no seamos capaces de esto, nos seguiremos encontrando con situaciones o personas iguales o parecidas. Quizás algunos de nosotros pensamos que no tenemos nada de parecido con aquellos que ejercen de manera malsana el poder, pero esto es la realidad. Transformarse significa liberar el pasado de cargas emocionales desagradables y agradables y sacar provecho de las experiencias valiosas. ¿Qué acontecimientos del pasado se han mantenido ocultos? ¿De qué preferirías no acordarnos? ¿Por qué la mala memoria? ¿Por qué estamos aprendiendo una historia irreal y manipulada? ¿Qué aprendimos por aquel entonces, qué experiencia se esconde detrás? ¿Qué queremos aprender ahora con esta nueva situación momentánea? ¿Qué experiencias del pasado nos pueden servir de ayuda en el momento?
Venezuela atraviesa el espacio del tiempo como un reloj de arena. En el largo pasillo las rejas de la opresión hacen posible contemplar el propio pasado, las partes iluminadas y las partes que no están tan claras. El crecimiento y la transformación tienen lugar gracias a una observación detallada y a un enfrentamiento con la propia historia de la población, con las experiencias de esta y de nuestra vida pasada. Sin embargo, Venezuela no puede mirar en esa dirección. Su mirada ha de centrarse en el corazón partido que hay en cada venezolano que sabe que hay otras formas de vida. El país se encuentra de espaldas a la realidad, como si pretendiese marcharse, huir del aquí y del momento actual. También parece ignorar a la transformación que es el único camino. Pero aunque la mirada de Venezuela se encuentre inmersa en ese corazón roto de sus habitantes, aún posee la capacidad de la transformación y los tesoros que le aportan sus propias experiencias. Su protección es comparable al universo. Tan solo es una cuestión de tiempo saber cuándo se van a curar y solucionar las heridas emocionales, cuándo se dirigirá de nuevo nuestra mirada hacia la sabiduría y a los tesoros de nuestras experiencias.
La Navidad es tiempo para reflexionar como actuaremos el próximo año ante la avalancha de sucesos, concentrándonos en lo que deseamos, dirijamos nuestras plegarias a que nos permita ver cual es nuestro papel en estos acontecimientos. No pensemos en que otros solucionen, pensemos que podremos hacer para la transformación de Venezuela. Es el único sendero real.
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