lunes, 31 de marzo de 2014
Bendiciendo a Venezuela , Publicado por addais1
Bendiciendo a Venezuela
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Lunes
jun 2013
Publicado por addais1 en Autora: ADDAIS, Espiritualidad, Experiencias de la vida, Predicciones ≈ 2 comentarios
Etiquetas@ADDAIS, accion, bendicion, poder, Venezuela
Por todo lo acontecido y por lo que está por venir, el mensaje que ha llegado es el siguiente, no solo a Venezuela sino al mundo entero. Es un ejercicio breve, muy sencillo, pero de gran repercusión. Antes que nada recuerda que no se trata de palabras, se trata de sentimiento y acción. La palabra cobra importancia cuando se le añade sentimiento y acción.
A partir de este día y los venideros harán lo que esta descrito a continuación: Al despertar, bendice tu día de labores, aun cuando estés desempleado. El simple hecho los anuncios clasificados de un periódico para buscar trabajo es una acción que debe ser bendecida, porque está ya desbordando de una abundancia de bienes que sus bendiciones harán aparecer. Bendice la creación de tu propio empleo, basado en los dones que posees. Aunque los niegues, con una bendición de todo tu corazón, saldrá a la luz en todo su esplendor. Bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte integrante de la trama misma del Universo. Ese bien lo único que espera es una señal tuya para poder manifestarse.
Al cruzarte con la gente por la calle, en el autobús, en su lugar de trabajo, bendícelos a todos. La paz de tu bendición será la compañera de tu camino. Bendice a los que te encuentres, derrama la bendición sobre su salud, su trabajo, su alegría, su relación con Dios, con ellos mismos y con los demás, no importa de qué partido sea, que color de ropa lleven. Se que habrá algunos seres que te costara muchísimo hasta verlos. Bendícelos en sus bienes y en sus recursos. Si estos bienes son mal habidos, el acto de bendecirlos, los colocara en el sitio que les corresponde, no importa como, ni cuando, solo importa tu verdadera intención. Bendícelos de todas las formas imaginables, porque esas bendiciones no sólo curan, sino que harás que sanen tus heridas.
Mientras paseas, bendice la ciudad, bendigan a los que la gobiernan y a sus educadores, a sus enfermeras y a sus barrenderos, a sus sacerdotes y a sus prostitutas. En cuanto alguien te muestre la menor agresividad, cólera o falta de bondad, respondan con una bendición silenciosa. Se que estas pensando, que sucede si me sale un malandro?, bendícelo, es un escudo que te protege de la ignorancia de sus maldades, y cambia de rumbo la bala que te han disparado.
Bendecir significa desear y querer incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado, para los demás y para los acontecimientos de la vida, haciéndolo aflorar de las fuentes más profundas y más íntimas de su ser. Esto significa venerar y considerar con total admiración lo que es siempre un don del Creador, sean cuales fueren las apariencias. Quien sea afectado por su bendición es un ser privilegiado, consagrado, entero. Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en él con profundo reconocimiento, evocarle con gratitud. Significa además llamar a la felicidad para que venga sobre él, dado que nosotros no somos nunca la fuente de la bendición, sino simplemente los testigos gozosos de la abundancia de la vida.
Bendecirlo todo, bendecir a todos, sin discriminación alguna, es la forma suprema del don, porque aquellos a los que bendicen nunca sabrán de dónde vino aquel rayo de Sol que borró de pronto las nubes de su cielo, y raras veces serás testigo de esa luz que ha iluminado su vida.
Cuando en tu trabajo surja algún suceso inesperado que te desconcierte y eche por tierra tus planes, envía una bendición, porque entonces la vida está a punto de enseñarte una lección, aunque creas que estas haciendo un acto tonto e inútil. Porque ese acontecimiento que crees tan indeseable, de hecho lo has suscitado tu mismo para aprender la lección que se te escaparía si vacilaras a la hora de bendecirlo. Las pruebas son otras tantas bendiciones ocultas.
Bendecir significa reconocer una belleza omnipresente, oculta a los ojos materiales. Es activar la ley universal de la atracción que, desde el fondo del Universo, traerás a tu vida exactamente lo que necesitas en el momento presente para crecer y avanzar.
Cuando recuerdes a quienes están en la cárcel, sean inocentes o culpables, derrama la bendición sobre ellos, sobre su inocencia y su libertad, sobre su bondad, sobre la pureza de su esencia íntima, sobre su perdón incondicional. Porque sólo se puede ser prisionero de la imagen que uno tiene de sí mismo, y un hombre libre puede andar sin cadenas por el patio de una prisión, lo mismo que los ciudadanos de un país libre pueden ser reclusos cuando el miedo se acurruca en su pensamiento. Así como vemos hoy día a nuestro alrededor.
Cuando pases por un hospital, de los nuestros donde faltan los recursos, bendice a sus pacientes, bendice la plenitud de su salud, porque incluso en su sufrimiento y en su enfermedad, esa plenitud está aguardando simplemente a ser descubierta. Y cuando veas a alguien que sufre y llora o que da muestras de sentirse destrozado por la vida, bendícelo en su vitalidad y en su gozo; porque los sentidos sólo presentan el revés del esplendor y de la perfección últimas que sólo el ojo interior puede percibir.
Ahora viene la parte mas difícil, en la que caemos todos los días, con razón o sin razón, con pruebas o sin pruebas. Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo. Mantén en tí mismo, por tanto, ese deseo de bendecir como una incesante resonancia interior y como una perpetua plegaria silenciosa, porque de ese modo serás de esas personas que vas fabricando paz, y un día descubrirás por todas partes el rostro mismo de Dios. La bendiciones se van dando a medida que se va actuando, no creas que solo bendecirás pero esperaras que otro de el paso que te toca dar a ti. Es importante que sepas separar y unir a la vez una cosa de la otra. Bendecir no es desidia, es acción.
Por encima de todo, no te olvides de bendecir a la persona mas maravillosa que has visto y sentido, que eres tu mismo.
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